miércoles, 29 de noviembre de 2023

A propósito de la COP 28 en Dubái (Emiratos Árabes Unidos)

A propósito de la COP 28 en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) De sabios a pitonisas Por: José de Jesús Tejada Maury Resulta vergonzoso para el mundo académico lo que viene sucediendo en materia de información sobre los temas ambientales, meteorológicos inclusive se detecta descontextualización en ciencias básicas. Es que aquí no sucede absolutamente nada en materia de respuestas de parte del común de las academias. Cualquier inesperado día aparece el señor Bill Gates, anunciando hambrunas, pandemias o planteando supuestas soluciones al problema del “calentamiento global” en donde manifiesta unas incoherencias y necedades que muchos medios se la publican como si fuera el culmen de lo máximo en materia de ciencias. Por otro lado, los meteorólogos en una actitud cangrejera (para adelante y para atrás) con sus dudas y descontextualizaciones en el tema, llenan de basura los medios corporativos con vaticinios que se escuchan todos los días del año y desde el año 1992 no tienen nada más que publicar e inventan unos términos folclóricos para presumir unción académica de alto turmequé como atinando a una vicisitud, que luego los lleva a cambiar de opiniones, se hace referencia al desprestigiado fenómeno del niño que es lo más novedoso que ha aportado la lumbrera de academias a finales del siglo XX y a comienzos del siglo XXI. La verdad que estar repitiendo lo mismo y contradecirse con justificaciones infundadas tal como se ha venido haciendo en Colombia por parte de IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales.) que todos los años saca la vieja vitrola académica de improductividad burocrática a sonar. Todo el bendito año es lo mismo, que el fenómeno del niño se arreciará desde el mes de mayo hasta prolongarse a el mes de marzo del 2024, después cuando cuenta se dan; que sus vaticinios no se cumplen empiezan a inventar una novela académica para tontos e ingenuos en la cual interactúan con comediantes de sus amos imperiales para intercambiar desacierto e inventar frases eufemísticas y de crónicas de literatura ambiental, para afirmar es que el fenómeno del niño se vio debilitado por un fuerte sistema anticiclónico, terminología que ni ellos mismos logran comprender ya que no tienen idea de lo que están tratando. Resulta cansón que infinidad de veces se ha recordado que el fenómeno del niño sólo se da en la época de fin de año en las costas peruanas y que dicho fenómeno en nada influye sobre el régimen de lluvias. No se estará repitiendo lo mismo, al pie de página de este artículo, se dejan dos enlaces para que se analice sobre el tema. Por otro lado, Bill Gate aparece como culebrero proponiendo soluciones a través de la geoingeniería ambiental con soluciones tiradas de cerebros estercoleros para que la escuchen un público ingenuo e incauto fanático de la desinformación mediática. Una de sus propuestas es rociar en la atmósfera dióxido de azufre, otras, arrojar tiza pulverizada y otras tantas sandeces de cretinos. En donde tampoco se pronuncia el mundo académico a cuestionarle a este señor, qué es lo que pretende con sus necedades. Al respecto existe tanta incoherencia sobre el concepto de invernadero, tema del cual hemos tratado en varias publicaciones a través de este mismo medio. El único gas de invernadero es el vapor de agua debido a que el concepto de calorías se toma como referencia al agua y el concepto de calor específico del agua tiene muy en cuenta la cantidad de energía(calor) que se requiere para sus cambios de estado. Se recuerda que nos impusieron el primer elemento de la cadena biogenésico (que genera vida: carbono), como algo perjudicial para el planeta, sólo porque a Washington le interesa manipular el mercado de los energéticos, ello nos ha conducido a tener una academia, una educación y un sistema educativo al servicio del fraude, mentira y engaño. Por consiguiente, no se puede vanagloriarse ni jactarse ningún gobierno de país alguno en hacer referencia a “calidad de la educación”, precisamente por estar la mencionada al servicio de los intereses comerciales y geopolíticos. De lógica que, si se arroja tiza u otras sustancias pulverizadas como tiza, aluminio en polvo, bario, y cantidad de sustancias extrañas bajo el logotipo de geoingeniería ambiental en aras de “reducir el calentamiento global”, nacida de mentes y corazones depredadores, no sólo estamos contaminando la atmósfera, sino que formamos un cielo artificial entre la superficie de la tierra y la parte superior de la biosfera que nos va a contribuir a que el vapor de agua se mantenga fijo entre éstos y experimentemos altas sensaciones térmicas. Esta sensación la experimentamos cuando de día el cielo está nublado, sobre todo en las zonas tropicales, exceptuando que, si el cielo está despejado y sin nubes, al haber pérdida de calor por irradiación pueden presentarse heladas y no debe asombrarnos que esto suceda en zonas desérticas. Pero si la eminencia y lumbrera académica de Bill Gate prosigue con sus descabelladas ideas, por lógica no sólo sentiremos mayor sensación térmica, sino que con tanto contaminante que nos arrojan con el beneplácito de ONU, muy seguramente nos enfermaremos la gran mayoría. Por consiguiente, las pitonisas cometen sus fraudes para ejercer la voluntad de los dueños del planeta, pero lo más preocupante es que se armen modelos climáticos y programas académicos basados en el engaño y carentes de toda fundamentación científica. ¿Se justificaría que, con todos los elementos de juicio la academia por desconocimiento de contexto y desinformación e ignorancia supina, viva inmersa en este engaño? Para reflexionar a propósito de la próxima COP 28 a celebrarse en Dubái del 30 de noviembre al12 de diciembre del 2023. Los guionistas del calentamiento global hacían referencia al incremento del “albedo terrestre” ya que ello nos conduciría a un incremento de la temperatura promedio del planeta entre 1,5 y 2 grados centígrados. Dado que según el albedo terrestre (diferencia entre el calor absorbido y el reflejado) la temperatura promedio de la superficie terrestre debería ser de -19 grados centígrados. Sin embargo, gracias a la protección de la atmósfera es de 14 grados centígrados en promedio. Nos introdujeron un orangután climático quimérico porque no explican ni justifican de dónde salen las calorías-gramos por centímetro cuadrado de superficie terrestre por hora o por día, para que el promedio se incremente entre 1,5 y 2 grados centígrados, es decir una argumentación ambivalente ya que por un lado si analizamos desde el punto de vista del albedo terrestre ,podríamos hablar que el aumento sería de -19°C a -18,5 °C o a -17 °C(para la recta de números reales del cero a la derecha son positivos y del cero a la izquierda negativos). Por otro lado, para una temperatura promedio de 14 grados centígrados que es la real según los estudios meteorológicos, para estos guionistas; el aumento del promedio incluyendo la atmósfera, debería estar entre 15,5 y 16 grados centígrados. ¿Por qué esas supuestas crisis climáticas muestran unos “desastres exagerados” con respecto a sus vaticinios? La ONU tiene la palabra. Nota: Se sugiere abrir los siguientes enlaces y consultar al respecto y se solicita a las diversas entidades diplomáticas a través de sus agregados culturales tomar atenta nota de los elementos de juicio entregados en este artículo. Puede traducir en cualquier idioma. https://prensaygente.com/el-sofisma-del-fenomeno-del-nino-y-la-ley-universal-de-la-homeostasis-climatica-i-parte/?fbclid=IwAR2J2AYPq9VBClaT4ueZeW5WrLUB-VcYzazyOKZqHfLxl7pt7u1GZOYmwwU https://prensaygente.com/el-sofisma-del-fenomeno-del-nino-y-la-ley-universal-de-la-homeostasis-climatica-parte-final/ https://www.aporrea.org/actualidad/a325002.html

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