lunes, 29 de septiembre de 2014

EL MISTERIO DE LA HIPERTENSIÓN

                                                                                                Por: José de Jesús Tejada Maury

EL MISTERIO DE LA HIPERTENSIÓN

 La literatura científica  falseada que se le vende a la academia y que se le cobra bien cara a los estudiantes de medicina, definen la tensión como la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias, la cual depende del volumen de la sangre, de la intensidad de las contracciones cardíacas y de la resistencia que oponen los vasos periféricos a la circulación. No entraremos en el lenguaje confuso que se le vende a la academia, simplemente miremos al sistema circulatorio como un sistema de riego impulsado por una motobomba llamada corazón, la presión de la motobomba estará adaptada a la calidad del líquido a transportar a través de la cañería, es decir, pureza, viscosidad, densidad, volumen y la cantidad de líquido a circular. Si la motobomba impulsa agua pura y limpia no tendrá que esforzarse, pero si  el agua contiene lodo, necesariamente la motobomba tendrá que hacer un esfuerzo mayor para movilizar la mencionada. Si consultamos en cualquier fuente, nos vamos a percatar que el problema de la hipertensión no radica en la viscosidad del plasma sanguíneo, ya que cuando hay problemas de viscosidad, cuyos síntomas son adormecimiento de pies y manos, la industria farmacéutica le formula una molécula química para esto. A diferencia en la  hipertensión el problema se remite a buscarlo en la densidad del plasma sanguíneo, con sangre pura y limpia el corazón no tiene que hacer esfuerzo mayor para movilizarla a través de vasos, venas y arterias o encontrar resistencia en su función aspiradora debido  a la resistencia que encuentra en los tejidos periféricos, esto es lo que hace elevar la tensión. Una sangre más pesada (sangre con lodo en el sentido figurado, que deja barro impregnado en las tuberías y la corroen), requerirá de mayor presión para que pueda completar su recorrido en las venas, vasos, capilares y arterias, por consiguiente el esfuerzo de retorno será mayor. La industria farmacéutica no tiene moléculas químicas para purificar la sangre y por el contrario cada vez que se suministran moléculas químicas, más se contamina la sangre, es decir; se vuelve más impura y más densa, de allí que se convierte en crónico esta condición de la hipertensión, por lo tanto la industria farmacéutica lo que hace es suministrarle un inhibidor de la Enzima Convertidora de la Angiotensina (Inhibidores ECA). Esta enzima es producida en varios tejidos del cuerpo, los riñones y pulmones  con un efecto vasoconstrictor, lo que provoca que se eleve la resistencia vascular periférica. La industria farmacéutica le vende los inhibidores ECA para facilitar una vasodilatación, es decir, bloquean la acción vasoconstrictora a la cañería y tejidos periféricos  por la que circula la sangre, dilatan la tubería y vasos periféricos para facilitar su expele (presión diastólica) y su retorno: conocida como presión sistólica, jamás se ha preocupado por disminuir la densidad de la sangre pesada e impura, que es en donde radica el problema. Por consiguiente la solución a este problema es devolverle la densidad normal al plasma sanguíneo y esto se logra sólo con terapias alternativas utilizando la capacidad que tiene el organismo de recuperarse con el restablecimiento de las funciones normales de nutrición y eliminación. Perdería otro de sus valores agregados la industria farmacéutica, de allí que la cronicidad de síntomas debe seguirse aliviando con la pastilla.
Uno de los desaciertos ha sido no involucrar a la física como ciencia interdisciplinaria en la medicina sobre todo en la mecánica de los fluidos, teniendo en cuenta que el 70% del organismo es líquido y se maneja como sistema hidráulico, de allí que se introduzca el término hidrobiofisiología humana en este texto para relacionar el funcionamiento del cuerpo humano y su relación con el agua y la calidad de la misma. Hay que diferenciar bien los conceptos de densidad y viscosidad para poder entender el origen de algunas patologías.
Se sugiere analizar en el glosario de términos, el concepto de presión .
PRESIÓN: es la fuerza normal por la unidad de área. Normalmente se representa por: P=F/A. En donde A es área  donde se aplica la fuerza perpendicular F. Es importante la diferencia entre cómo actúa la fuerza sobre un fluido y cómo lo hace sobre un sólido. Puesto que el sólido es un cuerpo rígido, puede soportar que se le aplique una fuerza sin que cambie apreciablemente su forma. Por otra parte un líquido puede soportar únicamente una fuerza en una  superficie o frontera cerrada. Si el fluido no está restringido en su movimiento, empezará fluir bajo el efecto del esfuerzo cortante, en lugar de deformarse elásticamente.
La fuerza que ejerce un fluido sobre las paredes del recipiente que lo contiene, siempre actúa en forma perpendicular a esas paredes. Esta es una característica propia de los fluidos que hace que el concepto de presión sea muy útil. Los fluidos ejercen presión en todas las direcciones.
La presión del fluido en cualquier punto es directamente proporcional a la densidad del fluido y a la profundidad bajo la superficie. Por eso es que el origen de la hipertensión hay que buscarlo es en la densidad del plasma sanguíneo, porque si se debiera a la falta de volumen del líquido, este se solucionaría bebiendo agua simplemente. Por lo tanto la terapia debe estar inclina a una purificación del plasma sanguíneo, para disminuir la densidad del mencionado.
Como cualquier tratamiento de líquidos y fluidos que requieren mantenimiento hay que ahondar en las causas a su predisposición como son: el alcohol, los aditivos químicos que hacen lenta la digestión y afectan el buen funcionamiento del metabolismo que permiten que el hígado metabolice mal las grasas , tener presente el sistema de filtros del organismo, la necesidad de efectuar una limpieza de filtros como son hígado, riñón, pulmones, intestinos y evitar el consumo de todas las sustancias que aumentan la densidad del plasma sanguíneo: grasas saturadas, alcohol, sal refinada(Cloruro de Sodio o derivadas del ácido glutámico), cambiar hábitos alimenticios y estilos de vida, aprender a diferenciar qué es un alimento, qué es el apetito y qué es el hambre(biológico), porque en la actualidad se ha pervertido el apetito( psicológico), con publicidad y acentuadores de sabor que inducen a la adición desenfrenada de ingesta de basura como son las grasas, azúcares y sal de cocina(Cloruro de Sodio) y estamos satisfaciendo el hambre estomacal y no el hambre celular, y ahí está una de las causas de nuestras principales afectaciones a nivel de salud.
El hígado es un órgano muy importante en el cuerpo humano, es el órgano encargado de fabricar el cuerpo humano y de limpiarlo(es un laboratorio), los conductos intrahepáticos atascados obligan a mayores esfuerzos del corazón, impidiendo la circulación intrahepáticos, impidiendo la salida de fluidos  del mismo para la digestión que tira la sangre a través del hígado, lo que trae como consecuencia la mayoría de afectaciones de la salud, la circulación sanguínea y linfática se atranca y se obstruye, la sangre procedente del intestino por la vena porta no será capaz de atravesar el atasco hepático y se estancará hacia atrás  afectando a la circulación de la mitad inferior del organismo que debe atravesar la sangre por esa vía(miembros fríos,varices,dolor de piernas) y como consecuencia exigirá mayor esfuerzo al corazón. La hipertensión es un mecanismo de defensa y de alerta que adopta el cuerpo humano, cuando endurece las paredes de las venas, arterias y capilares para poder resistir un fluido (plasma sanguíneo) con una densidad mayor a la normal, por consiguiente la solución no es con inhibidores ECA, sino restableciendo la densidad  del plasma sanguíneo. Así que profesionales de la salud, no ignoren a este importante laboratorio del cuerpo humano (hígado), tampoco pierda su tiempo tratando de indagar si el paciente tiene algún familiar o si existe predisposición a alguna patología, porque la realidad es otra.

(*) Tomado del libro “la enfermedad un gran negocio, la salud una costosa mercancía” del mismo autor del presente artículo.

No hay comentarios: