Por: José De Jesús Tejada Maury
NO MÁS CÁNCER.ADIÓS A LA ONCOLOGÍA.
El cáncer tiene su origen en dos tipos de actividades, una comercial y otra terrorista todo con el fin de desinformar no sólo a la ciencia médica, sino también a toda la humanidad y explotar la ignorancia nuestra.
El origen comercial del cáncer se remonta hacia el año de 1931 cuando la academia de ciencias de Suecia otorga el premio Nobel a Otto Heinrich Warburg en la modalidad de medicina y fisiología, por supuestamente encontrar la causa primaria del cáncer, Warburg afirmó que el cáncer era genético al atribuir una lesión bloqueadora en una de las etapas del ciclo de Krebs(cadena respiratoria de la célula), y que éste se desarrollaba en ambientes anaeróbicos(sin oxígeno), si eso fuera cierto un paciente con cáncer metatástasico(generalizado),muriera de hipoxia y con cianosis. Justo en este momento empieza la comercialización de una expresión literaria llamada cáncer, lo cual simplemente se trata de una bazofia literaria que se le dio un pincelazo de “literatura científica”, sin precisar una definición coherente, científica, simplemente afirmaron que el cáncer es un tumor maligno o unas células que se mutan y su multiplicación se vuelve incontrolable, para convertirla en el negocio de la muerte más rentable que haya existido en toda la historia de la humanidad.
La segunda actividad, la terrorista, se remonta entre las décadas de los años 1940 y 1950, Cuando El Departamento de Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica recluta a dos farmaceutas, Louis Goodman y Alfred Gilman, para imponer el uso de venenos en la “terapia” para el cáncer, desde este momento empieza el terror y el miedo que tanto conmueve a la humanidad y a familiares de quiénes se le endilga el epíteto ancestral.
El desacierto más grande de la ciencia médica es haber pretendido curar algo sobre lo cual no tienen ni la más remota idea al haberse dejado imponer por la industria farmacéutica una literatura científica incoherente, sin siquiera tomarse el trabajo de verificar y confirmar que efectivamente se encontraba ante algo real, objetivo, y no ante una desinformación generalizada atentando ingenuamente contra la integridad de los pacientes.
Infortunadamente la ciencia médica sigue creyendo que el cáncer es un tumor porque ni siquiera reflexionan o meditan al respecto, simplemente se dedicaron a seguir las instrucciones de la industria farmacéutica en sus protocolos y esa es la mentira que muy costosamente les han vendido, por fuera de ello no hay aceptación de explicaciones, de trabajos verificados, sino así es y punto., porque ellos son la autoridad en la materia. Sin embargo, las estadísticas están inscritas en los obituarios de las iglesias, la cantidad de personas que mueren gracias a que no se han dignado en afrontar el asunto profesionalmente, y allí sigue sumándose a la lista de víctimas inocentes en un holocausto silencioso al amparo de la ignorancia y complicidad profesional, incluso de muchos especialistas en la medicina, vendiéndoles la idea de que ya encontraron “moléculas químicas para el cáncer”, que ya sale la “vacuna contra el cáncer”, qué ya da hasta vergüenza escuchar esas frases en los noticieros y medios generales.
El cáncer como lo ha definido la “literatura científica”, como lo manejan los oncólogos, no tiene ninguna relación con los supuestos tratamientos que se aplican. Es el cuerpo humano la máquina más perfecta, que recibe cualquier atrocidad y arbitrariedad que se le aplique. Los médicos especialistas, ni siquiera entienden el efecto de la presunta terapia a sus tratamientos. He consultado sobre pacientes tratados y han manifestado que los médicos les han hecho saber que se aplica la quimioterapia para “matar a las células cancerosas”, es decir, hasta un lenguaje del bajo mundo han introducido en el ejercicio de la profesión, además de utilizar la radiación para evitar que el “tumor siga creciendo”. Olvidándose las sugerencias de los pioneros en la energía nuclear que aconsejaron no utilizarla bajo ninguna circunstancia. Aquí encontramos otro engaño, la comercialización de “equipos de alta tecnología” para “detectar y tratar al cáncer”. Todo lo que se ha dicho y hecho con respecto al cáncer, además de los Premios Nobeles entregados por la Academia de Ciencias de Suecia quedan en el limbo cuando les manifiesto y les reitero nuevamente de que el cáncer es consecuencia de un desorden metabólico, que el cáncer tal como lo ha enseñado y programado en la literatura científica no existe, se trata simplemente de un síntoma que no lo vamos a encontrar en causas hereditarias, tampoco genéticas y que su tratamiento lo puede hacer cualquier persona con conocimiento mínimo sobre nutrición.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), vaticinó que para el año 2014 el porcentaje de personas con cáncer se incrementará en un 30%, mis análisis como investigador me llevaron a concluir que esta cifra premonitoria algo encerraba. Consultando encontré que a partir del Nuevo Orden Económico Mundial, entró a regir en el año 2012 el nuevo Código Alimentario, en el cual se fijan las normas “sanitarias” para su aplicación en más de 193 países del mundo, so pena de sancionar a aquellos que no se sometan, por ejemplo dentro de sus imposiciones se considera a los micronutrientes como toxinas, razón por la cual serán sacadas del mercado aquellos productos que contengan vitaminas, sin embargo estoy seguro que muchos profesionales de la salud desconocen estos procedimientos.
Vemos como la ONU a través de la OMS decreta la enfermedad como negocio al servicio de las transnacionales de la industria farmacéutica, ataca a las terapias alternativas, las cuales vienen brindando una solución a los problemas de salud, además de impedir la venta de complementos alimenticios naturales si no se someten a sus exigencias, seguramente exigen que le adiciones sus “excipientes”, como el aspartamo y otros desconocidos, que actúan como inhibidores o bloqueadores de enzimas, para así romper cadenas metabólicas, para ellos venderle al mundo sus placebos y venenos, que a la postre terminan reduciendo la calidad de vida de nuestros pueblos. Un ejemplo de ello son los transgénicos, que me venga a decir algún “ingeniero” agrícola que los transgénicos van a ser más eficientes que productos de 5000 años de tradición, que se ha mantenido mediante el almacenamiento de semillas. Es conveniente que sepamos sobre la soja transgénica la cual está monopolizada por una firma que produce una soja “transgénica” resistente al Glifosato (veneno tóxico), el cual se hizo para enfermar a los consumidores, acabar con los procesos de polinización, y desertificar al planeta. Infortunadamente Argentina tiene 18 millones de hectáreas de esta Soja, no se extrañen cuando siga en aumento el porcentaje de cáncer y de otras enfermedades, no sólo en Argentina, sino en todos los países que reciben éstos alimentos herbicidas, creo que Venezuela es un gran importador de la agroindustria Argentina, aunque no sólo está chatarrizada y contaminada la soja, también el arroz que ha sido la base de alimentación de nuestros pueblos, el maíz, la cebada, la avena, las frutas, muy seguramente extrayéndoles las moléculas de nitrilosidas y adicionándoles esteroides.
Hice un paréntesis, para que tengan idea de dónde va el problema. Seguimos con el “mal comercial llamado cáncer”. El cáncer en sí tal como lo han enseñado no existe. Existe un problema de fondo que es metabólico, se forma en el intestino y tiene relación con la parte líquida del cuerpo humano, se trata del líquido intersticial o líquido tisular, se trata de un líquido contenido en el intersticio o espacio entre las células, alrededor de la sexta parte de los tejidos corporales corresponden al intersticio y en promedio una persona adulta tiene cerca de 11 litros de líquido intersticial proveyendo a las células del cuerpo de nutrientes y eliminando sus desechos. De esto forma parte el plasma, que es una de las reservas líquidas corporales, el total del líquido corporal (60% del peso corporal 42 litros para una persona de 70 kilos), está distribuido en sus tres reservas principales: líquido intracelular, líquido intersticial y extracelular.
El mal llamado cáncer se forma prácticamente como edema en los capilares sanguíneos, que son vasos sanguíneos de menor diámetro, están formado solo por una capa de tejidos, lo que permite el intercambio de sustancias entre la sangre y las sustancias que se encuentran alrededor de ella sencillamente se forma debido a que la parte líquida del organismo se encuentra con potencial de Hidrógeno bajo, por consiguiente éste va a corroer las células y va a detener el flujo e intercambio alterando los mecanismos de difusión a través de la célula, es decir el desorden metabólico en el quilo, no le suministra nutrientes al líquido intersticial se acentúa la acidez del líquido intersticial, puede ser por factores tóxicos, o que la vellosidad intestinal se encuentre aislada debido al consumo de productos con aditivos químicos o que tengan inhibidores que impidan que allí se absorban los nutrientes, vitaminas y minerales. Ese es el origen del mal llamado cáncer, para que ustedes entiendan que es un desorden metabólico que puede ser inducido, provocado por ignorancia nuestra debida a desórdenes alimenticios o como estrategia de mercado ingiriendo inocentemente dulces y exquisitos alimentos o adicionados como “excipientes” en drogas y medicamentos, a veces sin que se especifique en sus rótulos.
El primer paso para tratar de corregir la parte líquida del organismo es mediante un barrido o limpieza intestinal, hay muchas terapias para esto, es decir una desintoxicación del sistema digestivo y después adicionar nutrientes, es decir, vitaminas, minerales no sintéticos y no atacar al cuerpo con más tóxicos como la “quimioterapia” o la radiación, que por experiencia en mis trabajos he confirmado que no solucionan el problema y para detectar el cáncer tan sólo se requiere analizar la parte líquida del organismo con resultados en menos de un minuto y no esos costosos exámenes , estudios ficticios y engañosos que se demoran tiempo y traumatizan a los pacientes, por eso no hay moléculas químicas ni vacunas preventivas para un desorden metabólico. Le suplico a nuestras facultades de medicina que se pronuncien, a los decanos y rectores de las universidades, que respondan profesionalmente y no acudan a los medios impresos validos de su poder político y económico para evitar o prohibirles que me publiquen, porque la sociedad no aguanta más crímenes de bata blanca. Sugiero a todos los médicos tratar este desorden metabólico como una simple acidez metabólica (no se vayan a confundir con acidosis metabólica) inicialmente y después suministrar los nutrientes al organismo, no sin antes haber efectuado una limpieza del sistema digestivo.
Email:jotema044@gmail.com
NO MÁS CÁNCER.ADIÓS A LA ONCOLOGÍA.
El cáncer tiene su origen en dos tipos de actividades, una comercial y otra terrorista todo con el fin de desinformar no sólo a la ciencia médica, sino también a toda la humanidad y explotar la ignorancia nuestra.
El origen comercial del cáncer se remonta hacia el año de 1931 cuando la academia de ciencias de Suecia otorga el premio Nobel a Otto Heinrich Warburg en la modalidad de medicina y fisiología, por supuestamente encontrar la causa primaria del cáncer, Warburg afirmó que el cáncer era genético al atribuir una lesión bloqueadora en una de las etapas del ciclo de Krebs(cadena respiratoria de la célula), y que éste se desarrollaba en ambientes anaeróbicos(sin oxígeno), si eso fuera cierto un paciente con cáncer metatástasico(generalizado),muriera de hipoxia y con cianosis. Justo en este momento empieza la comercialización de una expresión literaria llamada cáncer, lo cual simplemente se trata de una bazofia literaria que se le dio un pincelazo de “literatura científica”, sin precisar una definición coherente, científica, simplemente afirmaron que el cáncer es un tumor maligno o unas células que se mutan y su multiplicación se vuelve incontrolable, para convertirla en el negocio de la muerte más rentable que haya existido en toda la historia de la humanidad.
La segunda actividad, la terrorista, se remonta entre las décadas de los años 1940 y 1950, Cuando El Departamento de Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica recluta a dos farmaceutas, Louis Goodman y Alfred Gilman, para imponer el uso de venenos en la “terapia” para el cáncer, desde este momento empieza el terror y el miedo que tanto conmueve a la humanidad y a familiares de quiénes se le endilga el epíteto ancestral.
El desacierto más grande de la ciencia médica es haber pretendido curar algo sobre lo cual no tienen ni la más remota idea al haberse dejado imponer por la industria farmacéutica una literatura científica incoherente, sin siquiera tomarse el trabajo de verificar y confirmar que efectivamente se encontraba ante algo real, objetivo, y no ante una desinformación generalizada atentando ingenuamente contra la integridad de los pacientes.
Infortunadamente la ciencia médica sigue creyendo que el cáncer es un tumor porque ni siquiera reflexionan o meditan al respecto, simplemente se dedicaron a seguir las instrucciones de la industria farmacéutica en sus protocolos y esa es la mentira que muy costosamente les han vendido, por fuera de ello no hay aceptación de explicaciones, de trabajos verificados, sino así es y punto., porque ellos son la autoridad en la materia. Sin embargo, las estadísticas están inscritas en los obituarios de las iglesias, la cantidad de personas que mueren gracias a que no se han dignado en afrontar el asunto profesionalmente, y allí sigue sumándose a la lista de víctimas inocentes en un holocausto silencioso al amparo de la ignorancia y complicidad profesional, incluso de muchos especialistas en la medicina, vendiéndoles la idea de que ya encontraron “moléculas químicas para el cáncer”, que ya sale la “vacuna contra el cáncer”, qué ya da hasta vergüenza escuchar esas frases en los noticieros y medios generales.
El cáncer como lo ha definido la “literatura científica”, como lo manejan los oncólogos, no tiene ninguna relación con los supuestos tratamientos que se aplican. Es el cuerpo humano la máquina más perfecta, que recibe cualquier atrocidad y arbitrariedad que se le aplique. Los médicos especialistas, ni siquiera entienden el efecto de la presunta terapia a sus tratamientos. He consultado sobre pacientes tratados y han manifestado que los médicos les han hecho saber que se aplica la quimioterapia para “matar a las células cancerosas”, es decir, hasta un lenguaje del bajo mundo han introducido en el ejercicio de la profesión, además de utilizar la radiación para evitar que el “tumor siga creciendo”. Olvidándose las sugerencias de los pioneros en la energía nuclear que aconsejaron no utilizarla bajo ninguna circunstancia. Aquí encontramos otro engaño, la comercialización de “equipos de alta tecnología” para “detectar y tratar al cáncer”. Todo lo que se ha dicho y hecho con respecto al cáncer, además de los Premios Nobeles entregados por la Academia de Ciencias de Suecia quedan en el limbo cuando les manifiesto y les reitero nuevamente de que el cáncer es consecuencia de un desorden metabólico, que el cáncer tal como lo ha enseñado y programado en la literatura científica no existe, se trata simplemente de un síntoma que no lo vamos a encontrar en causas hereditarias, tampoco genéticas y que su tratamiento lo puede hacer cualquier persona con conocimiento mínimo sobre nutrición.
Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), vaticinó que para el año 2014 el porcentaje de personas con cáncer se incrementará en un 30%, mis análisis como investigador me llevaron a concluir que esta cifra premonitoria algo encerraba. Consultando encontré que a partir del Nuevo Orden Económico Mundial, entró a regir en el año 2012 el nuevo Código Alimentario, en el cual se fijan las normas “sanitarias” para su aplicación en más de 193 países del mundo, so pena de sancionar a aquellos que no se sometan, por ejemplo dentro de sus imposiciones se considera a los micronutrientes como toxinas, razón por la cual serán sacadas del mercado aquellos productos que contengan vitaminas, sin embargo estoy seguro que muchos profesionales de la salud desconocen estos procedimientos.
Vemos como la ONU a través de la OMS decreta la enfermedad como negocio al servicio de las transnacionales de la industria farmacéutica, ataca a las terapias alternativas, las cuales vienen brindando una solución a los problemas de salud, además de impedir la venta de complementos alimenticios naturales si no se someten a sus exigencias, seguramente exigen que le adiciones sus “excipientes”, como el aspartamo y otros desconocidos, que actúan como inhibidores o bloqueadores de enzimas, para así romper cadenas metabólicas, para ellos venderle al mundo sus placebos y venenos, que a la postre terminan reduciendo la calidad de vida de nuestros pueblos. Un ejemplo de ello son los transgénicos, que me venga a decir algún “ingeniero” agrícola que los transgénicos van a ser más eficientes que productos de 5000 años de tradición, que se ha mantenido mediante el almacenamiento de semillas. Es conveniente que sepamos sobre la soja transgénica la cual está monopolizada por una firma que produce una soja “transgénica” resistente al Glifosato (veneno tóxico), el cual se hizo para enfermar a los consumidores, acabar con los procesos de polinización, y desertificar al planeta. Infortunadamente Argentina tiene 18 millones de hectáreas de esta Soja, no se extrañen cuando siga en aumento el porcentaje de cáncer y de otras enfermedades, no sólo en Argentina, sino en todos los países que reciben éstos alimentos herbicidas, creo que Venezuela es un gran importador de la agroindustria Argentina, aunque no sólo está chatarrizada y contaminada la soja, también el arroz que ha sido la base de alimentación de nuestros pueblos, el maíz, la cebada, la avena, las frutas, muy seguramente extrayéndoles las moléculas de nitrilosidas y adicionándoles esteroides.
Hice un paréntesis, para que tengan idea de dónde va el problema. Seguimos con el “mal comercial llamado cáncer”. El cáncer en sí tal como lo han enseñado no existe. Existe un problema de fondo que es metabólico, se forma en el intestino y tiene relación con la parte líquida del cuerpo humano, se trata del líquido intersticial o líquido tisular, se trata de un líquido contenido en el intersticio o espacio entre las células, alrededor de la sexta parte de los tejidos corporales corresponden al intersticio y en promedio una persona adulta tiene cerca de 11 litros de líquido intersticial proveyendo a las células del cuerpo de nutrientes y eliminando sus desechos. De esto forma parte el plasma, que es una de las reservas líquidas corporales, el total del líquido corporal (60% del peso corporal 42 litros para una persona de 70 kilos), está distribuido en sus tres reservas principales: líquido intracelular, líquido intersticial y extracelular.
El mal llamado cáncer se forma prácticamente como edema en los capilares sanguíneos, que son vasos sanguíneos de menor diámetro, están formado solo por una capa de tejidos, lo que permite el intercambio de sustancias entre la sangre y las sustancias que se encuentran alrededor de ella sencillamente se forma debido a que la parte líquida del organismo se encuentra con potencial de Hidrógeno bajo, por consiguiente éste va a corroer las células y va a detener el flujo e intercambio alterando los mecanismos de difusión a través de la célula, es decir el desorden metabólico en el quilo, no le suministra nutrientes al líquido intersticial se acentúa la acidez del líquido intersticial, puede ser por factores tóxicos, o que la vellosidad intestinal se encuentre aislada debido al consumo de productos con aditivos químicos o que tengan inhibidores que impidan que allí se absorban los nutrientes, vitaminas y minerales. Ese es el origen del mal llamado cáncer, para que ustedes entiendan que es un desorden metabólico que puede ser inducido, provocado por ignorancia nuestra debida a desórdenes alimenticios o como estrategia de mercado ingiriendo inocentemente dulces y exquisitos alimentos o adicionados como “excipientes” en drogas y medicamentos, a veces sin que se especifique en sus rótulos.
El primer paso para tratar de corregir la parte líquida del organismo es mediante un barrido o limpieza intestinal, hay muchas terapias para esto, es decir una desintoxicación del sistema digestivo y después adicionar nutrientes, es decir, vitaminas, minerales no sintéticos y no atacar al cuerpo con más tóxicos como la “quimioterapia” o la radiación, que por experiencia en mis trabajos he confirmado que no solucionan el problema y para detectar el cáncer tan sólo se requiere analizar la parte líquida del organismo con resultados en menos de un minuto y no esos costosos exámenes , estudios ficticios y engañosos que se demoran tiempo y traumatizan a los pacientes, por eso no hay moléculas químicas ni vacunas preventivas para un desorden metabólico. Le suplico a nuestras facultades de medicina que se pronuncien, a los decanos y rectores de las universidades, que respondan profesionalmente y no acudan a los medios impresos validos de su poder político y económico para evitar o prohibirles que me publiquen, porque la sociedad no aguanta más crímenes de bata blanca. Sugiero a todos los médicos tratar este desorden metabólico como una simple acidez metabólica (no se vayan a confundir con acidosis metabólica) inicialmente y después suministrar los nutrientes al organismo, no sin antes haber efectuado una limpieza del sistema digestivo.
Email:jotema044@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario