El Reloj del
Metabolismo de la Glucosa
Autor: José de Jesús Tejada Maury
Dentro de los trastornos metabólicos, la mal denominada diabetes es uno
de los que más ha centrado a los investigadores con el objetivo de plantear una
solución definitiva a éste.
La academia definió a la diabetes con
base en unos indicadores de glucemia en la sangre. De acuerdo a
estudios, entre 70 y 100 miligramos por decilitro se consideran normales,
dependiendo de la hora de haber tomado los alimentos y la hora en que se hacen
los análisis. El contenido en miligramos por decilitro debe estar comprendido
entre 90 y 125, si sobrepasa esa cifra se diagnostica como diabetes.
El asunto se ha manejado con hipoglucemiantes
orales y con suministro de la hormona insulina, para conseguir
bajar los valores en el torrente sanguíneo, pero desde el punto de vista
estadístico y no desde el punto de vista epistemológico.
Se manejan cifras e indicadores y no se ha explicado cuál es el
mecanismo científico que interviene en este proceso y por más de un siglo esta
mecánica se fijado como pauta protocolaria, especializando a muchos
profesionales, inicialmente endocrinólogospara después perfilarlos
en diabetólogos, sin excluir al médico general dentro de la
medicina familiar para el manejo de indicadores que busca mantener los
estándares de glucosa en sangre con moléculas químicas y no solucionar el
problema de raíz con ha debido ser en un principio.
El camino inicial con el cual ha debido ventilarse el problema de
la hiperglucemia es haberse centrado en la ruta metabólica de
la glucosa, para poder encontrar la raíz del problema y no mantener la
desinformación ligada al miedo que se experimenta por no haber tipificado una
definición precisa y por la variedad de síntomas que experimentan quienes
adolecen este trastorno.
Si ésta presenta congestionamiento en la ruta metabólica de la glucosa el
problema no está en el páncreas, sino en el hígado que es en donde están los
receptores de glucosa de la sangre.
Por consiguiente, se infiere que
la hormona insulina segregada por el páncreas actúa como
catalizador de la glucolisis, es decir, que la insulina no regula
la cantidad de glucosa en la sangre, sino que ella acelera su combustión, ya
que la glucosa es el combustible de la célula.
De allí se comprende el papel de los
hipoglucemiantes, sean orales o inyectados, para algunos casos el paciente
presenta “resistencia a la insulina”, lo cual nos reafirma cuál es su
función dentro de la ruta metabólica de la glucosa. Esto también explica por
qué la persona se va adelgazando, a medida que se va quemando la glucosa en la
sangre, es poco la que pasa al hígado a convertirse en glucógeno y por ende del
hígado al tejido adiposo.
El camino ideal para manejar un
correcto tránsito la ruta metabólica de la glucosa es, que cada paciente
empiece a comprender quelos diabéticos como tal no existen, sino por el
contrario lo que existen son personas con retorno lento de glucosa,
pues los excesos de glucosa de la sangren son retirados por el hígado y este
los almacena en forma de glucógeno, y de allí pasan a formar
parte del tejido adiposo como reserva de energía, por ello es que cuando se
incrementa la cantidad de glucosa en sangre debido a su tránsito lento hacia el
hígado, el mecanismo de acción energético del organismo recurre al tejido
adiposo para afrontar la demanda de energía por parte del metabolismo celular,
y es aquí en dónde el organismo tiene que trasformar ese tejido adiposo en
glucosa requiriendo para ello cetonas y otros disolventes que
se acumulan en la sangre y en la orina, e inducen al llamado coma
diabético.
La alta presencia de glucosa en
sangre debido a su lento retorno hacia el hígado hace que el
plasma sanguíneo vaya adquiriendo alta viscosidad que es lo que hace que la
sangre presente mucha resistencia para fluir y así cumplir la función de llevar
oxígeno y nutrientes a las células en todo el cuerpo humano.
La alta viscosidad en sangre derivada
de la alta concentración de glucosa es la que origina los síntomas que
experimenta la persona con retorno lento de glucosa, a nivel circulatorio, a
nivel vascular, sobre todo la microcirculación, se presentará la glaucoma
diabética, al no poder circular el humor acuoso por el canal de
Schelemm que es un pequeño canal circunferencial localizado en el
ángulo iridocorneal de la cámara anterior del ojo, por el cual
drena el humor acuoso hacia la circulación sanguínea.
La disfunción eréctil es
otro de los síntomas derivados de la alta viscosidad en la sangre, los accidentes
cerebro-vascularestambién obedecen a la alta viscosidad sanguínea -falta de
movilidad o resistencia a fluir y por consiguiente no se facilita llevar
nutrientes y oxígeno al cerebro.
Las gangrenas, al tener
alta viscosidad la sangre -resistencia a fluir- el oxígeno no llegará a los
tejidos y por ende se necrosarán ahí está el origen de la terrible gangrena
diabética.
Nos preguntamos: ¿cuáles serían los mecanismos para evitar todas estas
complicaciones y llevar una vida sana, sin depender de los hipoglucemiantes
orales o inyectados?
Recordemos una vez más que el asunto está en mantener el porcentaje
normal para evitar la alta viscosidad en la sangre (viscosidad normal para que
la sangre no presente resistencia al fluir a través de venas, vasos, capilares)
y cumpla su función de nutrir y oxigenar a las células del organismo.
Para ello he diseñado una técnica llamada el Reloj del
Metabolismo de la Glucosa, para que cada paciente maneje este mecanismo
para controlar su lento retorno de glucosa, que tal como se mencionó con
anterioridad la acumulación en sangre obedece a su lento retorno hacia el
hígado que es el órgano encargado de retirar los excesos de glucosa en sangre.
Reitero mi consideración de que la insulina sólo ayuda a la combustión
de glucosa en la célula, esto se detecta cuando a un paciente se le suministran
fitoterapeúticos (plantas, hierbas, etc.), sin que éstas contengan insulina, la
baja de glucemia en el torrente sanguíneo se experimenta, inclusive pacientes
que inyectándoles insulina, sus indicadores no bajan de 240, situación
contraria a cuando se administran fitoterapeúticos, se ha podido comprobar que
se baja hasta 90,85.
Continuando con el Reloj del
Metabolismo de la Glucosa en sangre, cada paciente debe considerar qué
clase de alimento le está suministrando a su organismo, tener en cuenta
el Índice de Glucemia de sus alimentos, es decir, qué tan
rápido un alimento se convierte en glucosa y en cuánto tiempo pasa al flujo
sanguíneo. En esto si hay que ser estricto, pues de acuerdo a como maneje su
régimen alimenticio, así manejará la presencia de glucosa en sangre.
Para empezar el paciente debe tener
un horario de alimentación puntual, es decir, puede desayunar,
almorzar y cenar con diferencia de seis horas. Por ejemplo si desayuna a las
06:00, almuerza a las 12:00 m y cena a las 6:00 p.m.
Con el glucómetro va a ir tomando un control a la primera hora después
del desayuno, seguidamente a la segunda hora, hasta llegar a la hora del
almuerzo, es decir cada una hora anotará los valores, diseñará su tabla para
una, dos, tres, y seis horas respectivamente, eso hará después del desayuno, lo
mismo del almuerzo y por comodidad en la noche si se duerme temprano, tómela
cada una hora hasta las ocho o nueve de la noche.
Tan pronto se levante al día siguiente tómesela en ayunas, esto para que
tenga una idea de cómo estuvo su tránsito de glucosa desde el momento en que se
acostó a dormir hasta cuando se levantó, pues por lo general en la noche se
realiza muy poca actividad física y es importante tener en cuenta las calorías
necesarias para cada paciente y la clase de actividad desempeñada, algunos
pacientes ingieren comida a media noche -esto como es lógico incrementa su
glucemia en sangre- y si tiene retorno lento, se le va acumulando la del día, a
veces desayunan a las diez de la mañana y almuerzan a las doce, toman
intermedios (meriendas) o ven televisión hasta altas horas de la noche
ingiriendo alimentos de alto contenido calórico y por eso alcanza los valores
altos
La glucemia aumenta a medida que la persona —con retorno lento de
glucosa— ingiere más y más alimentos y la alta viscosidad es la que impide que
la célula se nutra y es lo que hace que la persona demande más alimento, sienta
sed, experimente ansiedad.
Satisface el hambre estomacal y no el hambre celular, por consiguiente
aquí el paciente debe poner de su parte, educando al apetito para evitar esos
excesos. Existen cantidades de productos naturales que le dan fluidez a la
sangre, además de otros que facilitan el rápido tránsito de glucosa en la
sangre.
Si no está en condiciones de cambiar sus hábitos alimenticios y estilos
de vida, debe ser consciente de las consecuencias y de los padecimientos de
este trastorno metabólico.
Dado que el problema del retorno lento de glucosa no es por culpa del
páncreas, el terapeuta debe centrar su atención en aplicar procedimientos para
limpieza hepática, para permitir que los receptores de glucosa del hígado
reciban los excesos de glucosa de la sangre y así no se incremente la
viscosidad sanguínea poniendo en riesgo la vida de los pacientes.
Hay cantidad de productos industrializados que producen o provocan este
trastorno metabólico, por eso es importantísimo que también se conozca el
listado los edulcorantes artificiales, las bebidas, los refrescos, los
preservantes, todo esto incide en el mecanismo de la ruta metabólica de la
glucosa en el cuerpo humano trayendo como consecuencia su ralentización, o
bloqueando los receptores en el hígado.
El paciente debe poner de su parte,
si va a utilizar el reloj del metabolismo de la glucosa, o si va a acudir al
terapeuta profesional, pero no puede olvidar su terapia mental a
fin de corregir hábitos alimenticios y estilos de vida.
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